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Politólogo español Joan Garcés: “Sería la Constitución más regresiva de toda la historia de Chile, y, además, legitimada democráticamente”

Alternativer Nobelpreis 2010 - Treffen der Preisträger zum 30 jährigen Jubiläum - kursWechseln Konferenz in Bonn - Foto: Wolfgang Schmidt - www. wolfgang-schmidt -foto.de - 18.9.2010 - The Right Livelihood Award - Laureates - October 2010 - Photo: Wolfgang Schmidt Germany Garces, Juan, Spain

Desde su estudio jurídico en Madrid, y en el día del 45º aniversario de la Constitución española, Joan Garcés se refirió al proceso constituyente en Chile y el plebiscito del próximo domingo 17. Asesor personal del presidente Salvador Allende hasta el 11 de septiembre de 1973, y artífice de la detención del dictador Augusto Pinochet, el abogado y politólogo español conversó con Right Livelihood sobre las razones por las que llama a votar en contra del “proyecto extremadamente reaccionario” que se propone como nueva constitución para el país sudamericano.

El 6 de diciembre se celebra el aniversario de la carta magna y es día no laborable en España. “Hace 45 años se aprobó la Constitución monárquica que reemplaza el sistema jurídico de la dictadura del general Francisco Franco”, recordó Joan Garcés, que pese al festivo, recibió a Right Livelihood para conversar sobre el actual proceso constituyente de Chile. La fecha invitó a trazar algunos paralelismos entre el país andino y su antiguo colonizador.

“La transición a un régimen pluripartidista constitucional, como es el actualmente vigente, se hizo con la particularidad de que solamente se podía aprobar una constitución y su reforma en la medida que fuera aceptada por los sectores de identificación con la dictadura. Por consiguiente, es una constitución cerrada e inmodificable en todo aquello que los sectores políticos que se consideran sucesores o partidarios de lo que fue la dictadura no den el visto bueno”, agregó Garcés para ilustrar los resabios del franquismo en la actualidad.

La desventaja de las constituciones rígidas como la española, explicó el jurista y politólogo español, es que no se adecúan a los cambios y nuevas necesidades de la vida social, dando creciente lugar al advenimiento de una crisis. “Es el caso de Chile. El cambio del régimen dictatorial al sistema pluripartidista se hizo aceptando la Constitución que impuso la dictadura en 1980. Ese cambio político se ha hecho manteniendo las estructuras creadas durante la dictadura: las estructuras económicas de concentración de la riqueza y las estructuras mediáticas de concentración de la información en los medios que apoyaron el golpe militar de 1973 y la dictadura de 17 años”, afirmó Garcés.

La permanencia de estas estructuras explican el estallido y la crisis social de 2019, y la decisión de superarla a través de una nueva ley fundamental que diera respuesta “a las necesidades democráticas, sociales, económicas, ambientales y ecológicas de la realidad actual del mundo, y de Chile en particular”, detalló el autor de Allende y la experiencia chilena y Soberanos e intervenidos, entre otros títulos sobre historia política y relaciones internacionales.

Tras aquel octubre chileno, un nuevo gobierno elegido a la luz de esos clamores entró en funciones en marzo de 2022 y dio inició al esperado proceso constituyente. Un primer texto constitucional fue rechazado con el 62% de los votos seis meses después. Una de las razones de su fracaso, dijo Garcés, responde a la demora del gobierno de Gabriel Boric para implementar sus promesas de campaña. “Ese gobierno que entró en funciones con grandes esperanzas y expectativas de quienes lo eligieron, decidió postergar sus medidas más importantes a después que fuera aprobada la constitución. Con lo cual los primeros meses, que son fundamentales para marcar la impronta de lo que es un cambio político y la personalidad del nuevo gobierno, fueron despilfarrados”.

Para septiembre de 2022, gran parte del electorado ya no votaba por una nueva carta magna o por el mantenimiento de la anterior. “Sobre todo el electorado con menor formación e información política, más susceptible de ser afectado por los grandes medios de comunicación contrarios al cambio, lo que votó fue si estaba a favor o en contra del nuevo gobierno. Y el descontento con las políticas no hechas y la relativa pasividad del gobierno, significó el rechazo de ese proyecto de constitución”, analizó Garcés. A partir de entonces, se puso en marcha otro sistema para elaborar un segundo proyecto de constitución. Esta vez, “controlado por la extrema derecha en términos prácticamente absolutos”. Es la propuesta que se pone en consideración este domingo.

“Yo voto solamente en España. Pero obviamente, si lo que se somete a votación es un proyecto de constitución extraordinariamente reaccionario en todos los sentidos: social, económico, político, relación civil-militar, etcétera, mi voto sería negativo”, contestó Garcés a la pregunta sobre su elección frente al plebiscito.

“Si se aprueba el proyecto de la extrema derecha, será la constitución más regresiva de toda la historia de Chile, pero legitimada democráticamente, a diferencia de la Constitución que impuso la dictadura en 1980, que no lo está”, enfatizó Garcés. “Y si es rechazado este proyecto de constitución tan reaccionario, se restablece la constitución anterior al movimiento de protestas del año 2019. Con lo cual puede decirse que la derrota estratégica de quienes han dirigido este proceso, es total”.

Garcés no vota en Chile. Tampoco ha regresado al país tras su salida urgente en septiembre de 1973, después de ser el asesor más cercano del presidente Salvador Allende. Sin embargo, su persistencia en la búsqueda de justicia por los crímenes de la dictadura no se ha conmovido a lo largo de estos cincuenta años. Desde España, y apelando a los principios de la jurisdicción universal, dirigió el proceso que condujo a la detención del dictador Augusto Pinochet en Londres, en 1998. Además, fue artífice de la desclasificación de los documentos de la CIA que demuestran la participación de Estados Unidos en el golpe militar contra el gobierno de Allende. Y, hasta el día de hoy, litiga por la restitución a sus legítimos propietarios del diario Clarín, incautado durante la dictadura cuando era “el principal medio de comunicación de Chile no controlado por la derecha”. Por sus permanentes esfuerzos para ponerle fin a la impunidad de los dictadores, Joan Garcés fue reconocido internacionalmente con el Premio Right Livelihood.

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