Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para visibilizar la importancia de cuidar el bienestar emocional y fomentar hábitos saludables que contribuyan a una mejor calidad de vida.
En Chile, donde el estrés y la sobrecarga laboral son parte del día a día, la búsqueda de espacios para desconectarse y reconectar consigo mismo se ha vuelto una necesidad. En ese contexto, Luna de Pirque se ha consolidado como un refugio ideal para quienes desean detener el ritmo y priorizar la salud mental, disfrutando de la calma y la naturaleza a pocos minutos de la capital.
Ubicado en Camino El Huingán parcela 15, Pirque, este hotel spa ofrece experiencias personalizadas que combinan descanso, naturaleza y bienestar. Su entorno natural, rodeado de silencio, árboles y aire limpio, permite dejar atrás el ruido de la ciudad y reencontrarse con el equilibrio personal. El lugar invita a disfrutar del presente, a reconectar con la pareja o simplemente a darse un respiro en medio de la rutina.
“En Luna de Pirque estamos convencidos que para cuidar la salud mental, a veces basta con detenerse, respirar y darse permiso para descansar. Nuestro propósito es ofrecer un espacio donde las personas puedan reconectarse con lo esencial: consigo mismas, con quienes aman y con la naturaleza. En un mundo que vive acelerado, hacer una pausa también es una forma de sanarse”, señala Cristóbal Siraqyan, CEO de Luna de Pirque.
Cabe mencionar, que en el marco del Mes de la Salud Mental, Luna de Pirque propone distintas alternativas de “micro escapadas” diseñadas para distintos tipos de descanso. Programas como “Descanso y Placer” o “Relajación para dos” ofrecen masajes con piedras calientes, sauna, jacuzzi y almuerzos campestres, combinando terapias físicas con experiencias sensoriales que reducen la tensión y mejoran el estado de ánimo.
También, ofrece otras opciones, como “Desconexión para ell@s”, que incluye reflexología, reiki y terapias craneofaciales, ideales para liberar el estrés acumulado y estimular la energía positiva del cuerpo.
Estas experiencias breves, de uno a tres días, se han convertido en una tendencia mundial conocida como micro escapadas, pequeños viajes que no requieren gran planificación ni grandes presupuestos, pero que tienen un impacto significativo en el bienestar emocional. De hecho, diversos estudios han demostrado que hacer pausas conscientes y conectar con la naturaleza reduce la ansiedad, mejora la concentración y fortalece los lazos afectivos.












