El regreso de los vehículos a la capital, además de los conocidos tacos, provoca que los índices de contaminación comiencen a elevarse, lo cual conlleva una búsqueda de alternativas para enfrentar esta realidad.
Según datos del Ministerio de Transportes y la Unidad de Control de Tránsito de Carabineros, más de 300 mil vehículos volvieron a la capital entre el 25 de febrero y el 5 de marzo. Este regreso masivo provocó el denominado “súper lunes”, un día donde el tránsito y movilidad de la ciudad fueron los principales focos de conflicto. Una situación que impacta en la calidad de vida de las personas, como también pone en agenda la contaminación ambiental de la ciudad.
Si bien durante el verano los niveles de contaminación se mantienen relativamente bajos, la llegada de marzo genera un cambio, aumentando el nivel de material particulado entre un 10 y un 30%, según el informe anual 2017 del Ministerio del Medio Ambiente, siendo el transporte uno de los principales focos de este aumento.
En el marco del acuerdo de París, nuestro país se ha comprometido, en el plano de la mitigación, a reducir al 2030 la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 30% respecto a los niveles observados en 2007. “En Chile, el sector transporte es responsable de más del 24% de las emisiones de GEI, por lo que tomar acciones decisivas en este sector es tremendamente necesario”, explica Rodrigo Araya, Gerente de Negocio Transporte Gasco GLP S.A.
En términos de calidad del aire, “se estima que el petróleo es responsable del 60% del PM10 (material particulado respirable) y un 30% del PM2.5 en Chile, que al ser más pequeño que el PM10, penetra de manera más profunda y perjudicial para el organismo de las personas”, señala el vocero de Gasco.
Debido a esta realidad, el Gobierno está buscando posicionarse en temas de movilidad sostenible a través de medidas impositivas y nuevas exigencias en transporte público, por lo que se instalará un impuesto sobre los vehículos nuevos basado en la cilindrada y en el tipo de combustible que utilizan. Una medida pionera en los países de la región. “De todas formas – explica Araya-, creemos que esto no va a ser suficiente, sobre todo considerando que la venta de vehículos nuevos está rompiendo records históricos todos los meses”.
“Reemplazar los combustibles líquidos contaminantes contribuyendo a la modernización de la matriz energética del país, va en línea con el plan del Ministerio de Energía para el 2050, que apunta a una comunicación de fuentes de Energías Renovables No Convencionales con combustibles limpios, como el gas”, reflexiona el Gerente de Negocio Transporte Gasco GLP S.A.
Según asegura el experto, los beneficios de usar gas como combustible son múltiples, ya que además de ser un 40% más económico que la gasolina, posee un 60% menos de partículas contaminantes. Por otro lado, el gas no contiene sulfuro de azufre (compuesto altamente dañino para la salud humana y destrucción del medioambiente), “disminuyendo entre un 20 y 22% las emisiones de CO2 en motores de idéntica fabricación y en más de un 40% en motores fabricados para uso de gas”.
Actualmente, Gasco ha convertido más de 17 mil vehículos al uso de gas, pero hoy la normativa vigente (Ley 20.052), establece que solo los de uso comercial, como taxis, colectivos, furgones, camionetas de empresas, entre otros, los que pueden optar a utilizar gas como combustible. “Esto debiera adaptarse a los nuevos lineamientos gubernamentales en torno al uso de energías limpias en el país, llegando a todo tipo de usuarios”, concluye el vocero de la gerencia de Negocio Transporte de Gasco.