- Muchos mitos rodean al entrenamiento de las brigadas caninas de la Policía de Investigaciones, pero uno de los encargados del entrenamiento de estos canes aclara que “amor y juegos es la clave de un buen adiestramiento”.
Birbú y Águila son los nombres de dos perros policiales de temer. Sus armas no tienen la capacidad de disparar balas, sino que, de percibir aromas en diferentes formatos y situaciones, lo que convierte a sus olfatos en poderosas herramientas para combatir el narcotráfico en los aeropuertos y pasos fronterizos, donde se encargan de que ninguna sustancia ilícita ingrese a nuestro territorio.
Pero, el gran olato de estos canes no es suficiente para poder trabajar con la Policía de Investigaciones (PDI), ya que deben pasar por un entrenamiento donde aprenden no solo de la tarea que desempeñarán, sino que también a compartir con las personas y otros perros. “Nuestros perros son entrenados mediante estímulos positivos y mucho amor para desarrollar distintas tareas de gran importancia”, explicó el Asistente Policial y encargado de adiestramiento, Adolfo Valdivia.
La selección de los ejemplares que pasarán a las filas de la PDI comienza desde que nacen. Los adiestradores y expertos escogen a los perros más aptos de cada camada, basados en criterios como el comportamiento, la salud y la inteligencia del cachorro. Todos estos aspectos son fundamentales para asegurar que los perros cumplan con su función de buena forma y sin atentar contra su bienestar.
No cualquier raza es apta
Otro de los aspectos importante a la hora de escoger un perro que cumpla labores policiales es la raza. Isabel Vásquez, directora de Crianza del Kennel Club de Chile, asegura que “en el caso de detección de drogas, el Golden Retriver o el Labrador son los mejores, ya que tienen cualidades olfativas y de carácter que los hacen aptos para esa labor”.
Más allá de las aptitudes propias de la raza y de la salud del perro, la selección de los ejemplares también considera una evaluación de su personalidad. Para lo anterior, los cachorros son observados mientras comparten con otros perros y con personas. “Este tipo de perros están expuestos a compartir con civiles, ya que llaman la atención. A todos nos gusta hacerles cariño y jugar con ellos, por lo que es muy importante que sepan compartir con todo tipo de personas”, enfatiza la directora de Crianza del Kennel Club.
Una vez que se escoge al mejor ejemplar de estas razas y se evalúa que su carácter sea óptimo para colaborar con la PDI, comienza el entrenamiento, que consiste en juegos de interacción con el funcionario que será su guía mientras esté de servicio. “Esto favorece una relación casi simbiótica, en la que el perro se sentirá confiado al lado de su guía. Es un vínculo muy bonito que perdura durante toda la vida del ejemplar”, precisa Vásquez.
¿Les dan droga a los perros?
La anterior es una de las preguntas más frecuentes que se realizan las personas cuando ven que estos canes tienen la capacidad de detectar drogas, pero, el Asistente Policial y entrenador, Adolfo Valdivia, es tajante en desmentirlo: “eso es un gran mito. Hacerlo sería una crueldad”, enfatiza.
Para lograr que los ejemplares detecten sustancias ilícitas, los perros son entrenados mediante técnicas de detección donde se utilizan aromas artificiales. “Por ejemplo, el labrador es un perro que sirve para cazar y nos aprovechamos de sus instintos naturales para orientarlos mediante técnicas de detección a buscar diferentes aromas. Pueden ser drogas, armamentos, restos orgánicos humanos, o lo que se necesite”, comenta el funcionario.
El entrenamiento de detección se realiza mediante el juego, donde se les estimula a detectar olores y a reaccionar ante la presencia de uno en particular. “Eso se va reforzando durante el tiempo en un proceso de condicionamiento”, explica Valdivia respecto al entrenamiento de los canes.
¿Y los que no son seleccionados?
Como señalábamos anteriormente, no todos los ejemplares son aptos para trabajar al interior de la PDI, por lo que gran parte de las camadas no califican para quedarse en la institución. Al respecto, Adolfo Valdivia asegura que todos esos cachorros “son reubicados en algún hogar donde estemos seguros de que tendrán bienestar y los dueños serán responsables con su tenencia”.
Pero, un nuevo hogar no es el único destino de los perros que no son aptos. Los más tranquilos son trasladados a una nueva unidad de la institución, encargada del acompañamiento de víctimas. “Los perros de canoterapia pueden ser de gran ayuda para personas, y sobre todo niños, que pasaron por situaciones límite y complejas”, indica el funcionario.
Mientras el entrenador de Birbú y Águila conversa con nosotros, los canes sorprenden con su talento olfativo y su simpatía al público de la Exposición Canina del Kennel Club de Chile. Pero, Adolfo Valdivia advierte que esa será su última actividad del día, ya que después deben ir disfrutar de su tiempo recreacional. “Tenemos procesos de enriquecimiento ocupacional y ambiental, donde los perros pueden jugar, correr y divertirse. (…) En definitiva, que tengan una vida de perro”, concluye Valdivia.