Sustentabilidad

Experto alerta sobre riesgos de efectuar control de especies exóticas invasoras sin una estrategia con base científica

  • Gonzalo Medina, veterinario y experto en gestión de fauna silvestre, resaltó que un trabajo de gestión de especies mal hecho puede tener resultados contraproducentes, llevando incluso a un aumento de la población de la especie que se quiere controlar.

Un llamado a mantener una alta rigurosidad científica en torno al manejo de especies exóticas invasoras, es el que realizó el ecólogo Gonzalo Medina Vogel, veterinario y experto en biodiversidad que ha dedicado su área de investigación a la determinación de los factores que están provocando la disminución de la biodiversidad en la Patagonia chilena.

Medina, quien es experto del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Andres Bello, ha dedicado sus investigaciones principalmente a estudiar el impacto del visón americano, depredador que fue introducido en Magallanes en la década del 30 con la intención de crear una industria peletera, pero que tras escapes y liberaciones intencionales, se desplegó por el territorio, estando hoy presente hasta la región de la Araucanía, causando graves daños a la fauna silvestre.

Los esfuerzos de control del visón arrojan importantes lecciones para analizar la estrategias que se adoptan al trabajar con invasiones biológicas en Chile, y muy especialmente con el castor, cuya presencia en la Patagonia chilena ha causado daños que ascienden a 73 millones de dólares, impacto que podría ascender a 260 millones de dólares en 20 años en caso de no adoptarse una estrategia integral de control.

En este sentido, indicó que al planificar las acciones de gestión de especies invasoras es fundamental colocar los incentivos correctos, además de probar en terreno las diferentes metodologías de manejo, realizando monitoreo y evaluación continuos para adoptar acciones correctivas.

“En algunas especies, un control mal hecho incentiva una respuesta poblacional más fuerte, lo que lleva a una mayor cantidad de individuos, y más sanos, pues no tienen la competencia de los ejemplares más viejos”, explicó. Por ello, es necesario que se adopten estrategias con una mirada integral, para obtener resultados efectivos y no malgastar los recursos destinados a esta labor.

Es así que criticó las estrategias que se centran en estimular la caza mediante el pago por ejemplar capturado, sin una mirada territorial que ponga el foco en la conservación de un ecosistema. “El resultado es malo, ya que habrá un interés en las personas en que el recurso siga ahí”, señaló. Es decir, no habrá interés en la erradicación de la especie que amenaza el medio ambiente. La consecuencia es que al aplicar este enfoque existe un incentivo a dejar en el territorio una población suficientemente grande de castores para de esa manera poder seguir cazando.

“Debe haber un cambio de paradigma”, resaltó, indicando que  la forma de medir el resultado de una acción de control no puede ser solamente contar los castores removidos.

En este sentido, Medina valoró que el proyecto GEF Castor, que está diseñando el Plan de Gestión para el control y erradicación del Castor, haya contemplado la realización de pilotos de gestión en áreas geográficas que representan distintas realidades geográficas y de propiedad de la tierra en la región de Magallanes: en la cuenca del río Marazzi, donde predominan las estancias ganaderas; en la reserva nacional Laguna Parrillar; y el parque privado Karukinka.

Este tipo de experiencias piloto son fundamentales para determinar aspectos técnicos como cuál es el protocolo más eficiente para lograr el manejo de la especie. “La metodología que es más eficiente para capturar el primer 50% de la población, no es la misma que para el último 30%”, precisó. Esto, por las dificultades de adentrarse en territorios más complejos, como los son las zonas boscosas y de turberas en Tierra del Fuego. Entonces, el cazador pierde el interés, pues el pago por ejemplar ya no compensa el esfuerzo y tiempo destinado a la captura.

Medina resaltó que el problema de las especies exóticas invasoras es una urgencia mundial para preservar la biodiversidad y, en ese sentido, hizo un llamado a analizar las experiencias desarrolladas en otros países, pero entendiendo que cada lugar tiene sus propios desafíos y que no es posible, por ejemplo, adoptar una estrategia que resultó bien en un hemisferio, y trasladarla a otro lugar. “Los países que han desarrollado con mayor éxito el manejo de fauna silvestre tienen una rigurosidad científica muy alta”,  subrayó.

El Proyecto “Fortalecimiento y desarrollo de instrumentos para el manejo, prevención y control del castor (Castor canadensis), una especie exótica invasora en la Patagonia chilena”, conocido como GEF Castor, es ejecutado por el Ministerio de Medio Ambiente y financiado por el Global Environment Facility (GEF), a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Socios estratégicos, y co-ejecutores de este proyecto son el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y la ONG Wildlife Conservation Society (WCS).

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