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La importancia de la ejercitación del piso pélvico

Muchas mujeres ignoran este grupo de músculos y tejido conectivo que entrega soporte y estructuras de suspensión a los órganos pélvicos y abdominales.

El piso pélvico ayuda a prevenir la pérdida involuntaria de orina, soportar los órganos intraabdominales, proteger los órganos pelvianos y sostener en posición correcta la vejiga, además de controlar el paso de orina y movimiento intestinal.

Para Giselle Koch, nutricionista de Figurella, el ejercitar de forma regular el piso pélvico ayuda a fortalecer y tonificar estos músculos, existen estudios que demuestran beneficios en la rehabilitación postparto para disminuir problemas en el futuro y el aprender a ejercitarlos de forma correcta es vital en cada época de la vida.

El piso pélvico es flexible, se adapta a los movimientos y actividad, y puede debilitarse con el desuso y fortalecerse con el ejercicio. El buen estado de la tonicidad de la musculatura es crucial para evitar problemas de incontinencia, prolapsos, entre otras afecciones.

Si la musculatura se debilita puede traer problemas para las mujeres como es la incontinencia urinaria, muy molesta e incómoda, causal de irritaciones, de situaciones desagradables e incluso humillantes, que minan la autoestima y empeoran la calidad de vida. La situación puede agravarse con infecciones y enfermedades que a menudo requieren cirugía. Una vez más, prevenir es mejor que curar. Por lo mismo Figurella propone ejercicios para mantener la musculatura del suelo pélvico en buena forma.  “Todas las mujeres deberían acostumbrarse a fortalecer el suelo pélvico a diario, como un hábito saludable, como algo tan o más importante como es lavarse los dientes o el mismo cuidado del cuerpo”. Puntualiza Koch.

Para la nutricionista, la mayoría de las mujeres saben cómo contraer sus abdominales, pero no los músculos de su suelo pélvico y hay que aprender a hacerlo. Por lo anterior es que indicamos una serie de tips para realizar de forma clara, sencilla y útil.

El ejercicio básico es contraer el músculo pélvico como si se intentara parar la emisión de orina, pero sin orinar, y relajarlo rápidamente, sin contraer la musculatura abdominal. Este ejercicio se realiza unas 50-100 veces al día en tandas de 10-20 contracciones cada vez. Es bueno hacerlo a lo largo del día, puede ser acostada en la cama, sentada y de pie. El ritmo lo lleva cada persona y debe ir de menos a más, para evitar el cansancio y el incumplimiento.

“La realización de este ejercicio pasa desapercibida para los demás y no interfiere con otras actividades diarias. Supone pocos minutos al día y evita muchos problemas a las mujeres”, finaliza la nutricionista.

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