El uso de cannabis sativa en el mundo es hoy una realidad, sustentado en la evidencia científica y en los Derechos Humanos.
En Estados Unidos, se encuentra legalizado en 29 Estados y en el Distrito Federal. Otros países como Alemania, República Checa, Israel, Canadá, Uruguay, Colombia, Dinamarca, entre muchos otros, también la usan médicamente.
En Chile hay agrupaciones de pacientes que consumen derivados de Cannabis; consultas médicas para personas que los usan; estudios clínicos que evalúan eficacia y seguridad; cultivos colectivos, industriales y de cáñamo para exportar y desarrollar la industria farmacéutica.
El regulador en Chile ha permitido la prescripción de derivados canábicos bajo el decreto 84/2015 del MINSAL y asimismo, los decretos 404 y 405 del MINSAL permiten el uso de los cannabinoides con el fin de desarrollar la investigación científica.
Las personas que utilizan Cannabis bajo condiciones medicinales, acceden a los preparados autocultivando, dispensándose en los clubes de usuarios y accediendo a las compras excepcionales que prevé el decreto supremo 3 – Ley del fármaco.
La discusión acerca de la eficacia y seguridad es real, pero una cosa sí es segura: la dosis letal de cannabis es altísima y en la literatura médica no se reconocen casos de muerte debido a su consumo.
Nuestro trabajo con la Cannabis Sativa y quienes la usan, está avalado por múltiples estudios, de los cuales podemos destacar el de la Academia de Neurología Americana en 2014, que ha señalado su eficacia en dolor crónico y espasticidad de esclerosis múltiple.[1] Asimismo, la Academia nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE. UU en su meta análisis, ha concluido que sus efectos antieméticos contra náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia, son efectivos, en su informe[2] de enero del 2017.
En el mundo así lo han entendido, regulándola como planta medicinal y como producto farmacéutico, pero por sobre todo, comprendiendo que es un Derecho Humano el acceso a gozar del mejor y mayor nivel de salud disponible.
Desde la ONG en que trabajo, pensamos que el desafío del Estado de Chile es regular estos consumos, proponer rutas de acceso a estos derivados y descriminalizar su consumo, para que quienes usamos cannabis sativa tanto para prescribirla como para aliviarnos, estemos seguros y sin temor a enfrentarnos a los desaciertos policiales por un lado, o los efectos deletéreos del mercado negro, por el otro.
Se debe regular en favor de las personas y sus necesidades y no solamente poniendo el foco en la seguridad interior del estado.
Dr. Sergio Sánchez Bustos
Director Médico
Organización Latinoamérica Reforma
[1] American Academy of Neurology. (2014). Systematic review: efficacy and safety of medical marijuana in selected neurologic disorders: report of the Guideline Development Subcommittee of the American Academy of Neurology. Neurology. Volume (82-17) 1556-63
[2] http://nationalacademies.org/hmd/~/media/Files/Report%20Files/2017/Cannabis-Health-Effects/Cannabis-conclusions.pdf