Dentro de muy poco tiempo, Chile tendrá en operaciones los trenes más rápidos de Sudamérica
Por Ian Thomson Newman, Economista de Transporte
Desde los días de su campaña electoral, el presidente Gabriel Boric, ha llamado a un resurgimiento del transporte ferroviario para pasajeros, dos décadas después de que el gobierno de Ricardo Lagos había hecho lo mismo.
El proyecto emblemático del presente gobierno es el de un renovado servicio de trenes entre Santiago, Curicó, Talca y Chillán. Su inauguración fue anunciada para el segundo semestre de 2023 pero, por tener que reparar puentes entre Curicó y Parral, dañados por las lluvias del invierno de 2023, se está poniendo en marcha en etapas, comenzando con Santiago a Curicó el 19 de enero y, más recientemente, hasta Talca el 14 de marzo.
El servicio es proporcionado por seis nuevos trenes bimodales (BMU) encargados, a un costo de USD 71 millones, a la China Railway Rolling Stock Corporation (CRRC). Por ser bimodales, pueden operar, a menor velocidad, a diésel en caso de una falla del sistema de entrega de la corriente eléctrica.
¿Por qué Talca y Chillán?
Ninguna de estas dos urbes es una megápolis de la escala de Gran Valparaíso o Gran Concepción, puesto que albergan solo unas 250.000 a 300.000 personas, o sea, menos de una tercera parte de las megápolis mencionadas.
Sin embargo, el ferrocarril no está en una buena condición para competir en los mercados entre la capital y Valparaíso o Concepción, por los significativamente mayores largos de los trazados por ferrocarril a estas últimas comparados con los, bastante más rectos, por autopista.
Además, los tramos sinuosos por El Tabón y la orilla del río Bíobio, impiden que los trenes corran a velocidades altas.
La aviación comercial tiene una buena presencia en la ruta a Concepción pero ni a Talca ni a Chillán, hay servicios aéreos y a ellas las distancias por ferrocarril son aún un poco inferiores que las por carretera.
Tradicionalmente, tanto Talca como Chillán han sido buenos mercados para EFE, llevando los trenes más pasajeros que los buses, hasta mediados de la década de 1980.
Ha habido trenes corriendo a Talca y Chillán desde antes de la Guerra del Pacífico, a vapor hasta alrededor mediados de la década de 1960, a diésel (algunos) a partir de 1940 y eléctricamente desde 1966/67.
El ferrocarril corre por el valle central y es relativamente plano, de trocha ancha y de doble vía hasta San Fernando, a 134 km a contar de Santiago. Desde allí hasta Talca, a 249 km, y Chillán, a 398 km, es de una sola vía, la que tiene que acomodar tanto los trenes de pasajeros, relativamente rápidos, como los de carga, generalmente más lentos, los dos en ambos sentidos.
Controlar el tráfico sobre esa vía única es complicado pero solucionable mediante la aplicación de una tecnología indicada. Por otra parte, inevitablemente, a veces unos trenes tienen que esperar en desvíos para que otros los adelanten o los crucen.
La rapidez de los trenes versus los de décadas pasadas
Los trenes más rápidos que han corrido a Talca parecen haber sido los seis, por sentido y día, operados por EFE a mediados de la década de 2000, los que completaron el recorrido hasta Talca en alrededor de 2 horas con 36 minutos. Los que ahora se introducen son un poco más lentos, demorando 2 horas con 45 minutos.
Un nuevo sistema de Señalizaciones, Electrificación y Comunicaciones (SEC) se puso en marcha en 2009, permitiendo que los trenes existentes en ese momento, de modelo UTS-444, adquiridos de segunda mano, aunque rehabilitados, en España, llegasen a Chillán en 3 horas con 45 minutos, pero se pudo aprovechar muy poco esa capacidad, a raíz, básicamente, de las consecuencias del terremoto de Constitución, de 2010.
Ahora, EFE contempla acortar la demora entre Santiago y Chillán en otros cinco minutos, a 3 horas con 40 minutos, aprovechando los mayores poderes de aceleración de los trenes BMU en comparación con los UTS-444, cuyo coeficiente de adherencia era reducido. Ni siquiera pudieron llegar más rápidamente a Chillán los legendarios (y sobrevalorados) trenes Flecha de la década de 1940.
Las frecuencias
Todo lo anterior se refiere a los tiempos de viaje; pero respecto a las frecuencias, la EFE de hoy está lejos de aproximarse a la EFE de mediados de la década de 1980, cuando corrieron hasta 16 trenes diarios a Talca y 15 a Chillán. Algunos fueron nocturnos, con destino final en ciudades como Concepción, Temuco y Valdivia, a donde los trenes ya no corren.
Claro que los de antaño eran más lentos, nunca demoraban menos de 3 horas con 4 minutos para llegar a Talca o menos de 4 horas con 50 minutos para arribar a Chillán, todo porque el sistema de señalizaciones no había sido renovado.
Los más rápidos de Sudamérica
En su propaganda comercial dice EFE que su nuevo servicio a Talca y Chillán es el más rápido en Sudamérica, y en eso sí tiene la razón, puesto que hay no hay mucha competencia. Los trenes para pasajeros, salvo los turísticos y los (sub)urbanos, son casi extintos en el continente.
Los únicos que podrían compararse con los de EFE son los de Trenes Argentinos, entre la Capital Federal y tanto Mar del Plata como Rosario, pero son más lentos que los de EFE. Y quizás no vayan a sobrevivir los recortes presupuestarios del gobierno del nuevo presidente Javier Milei.